Definición de la Rae de Orgullo:
orgullo.
(Del cat. orgull).
1. m. Arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que a veces es disimulable por nacer de causas nobles y virtuosas.
Las definiciones son tozudas, y orgullo es una de las palabras peor tratadas del castellano.
Como bien deja claro la RAE, uno no puede sentir orgullo de nada que no requiera un mérito propio. Y sin embargo, para lo que más usamos esta palabra, es para cosas que son completamente ajenas a nosotros.
Sentirte orgulloso de ser de un lugar, un equipo o una postura política es realmente tan absurdo como sentirse orgulloso de que se ha quedado buena tarde.
No existe mérito en haber nacido en el país, región o pueblo en el que, por estas cosas de la vida, has ido a caer.
No es tuyo el mérito de que tu equipo gane partidos a no ser que los juegues tú. En todo caso tu mérito sería saber elegir equipos ganadores, con lo que, en lugar de decir «Orgulloso de ser del Madrid, Barcelona o Murcia» lo exacto sería decir: «Estoy muy contento de que el equipo al que sigo haya ganado», pero orgulloso, lo siento, no puedes estar.
Se puede, por tanto, solamente estar orgulloso de méritos personales. De haber superado determinadas trabas por una idea, de haber superado determinado reto de manera personal.
Hasta los frikis nos hemos creado nuestro propio orgullo como si de nosotros dependieran las pelis de Star Wars o los cómics de Mark Millar.
Hoy he colgado en Facebook, Twitter e Instagram la siguiente frase:
«No es orgullo por ser gay, es orgullo porque, por fin, no hace falta esconderlo»
La he puesto precisamente por robarle argumentos a aquellos que cada año piensan que no hay motivos para el orgullo gay. Precisamente eso, que sí requiere una opción personal, que requiere de una valentía social grande, que ha sido, y sigue siendo, motivo de persecución, discriminación o burla en el peor de los casos, es el orgullo que más en entredicho se pone.
Efectivamente no existe ningún motivo de orgullo ni de vergüenza en una opción sexual. Sí existe, y eso es lo que pienso que se celebra esta semana, una fuerte alegría por ver el final de una lucha de siglos para unas personas que han visto cómo se les negaba ser de una manera como si se les negara ser castaños con ojos marrones.
Me da la sensación de que queda mucho por hacer cuando entro en mi Facebook y encuentro estas reflexiones a mi frase:
facebook de arturo todopoderoso
Como veis, dan por hecho que mi frase de defensa incluye un reconocimiento de mi condición sexual.
Como razonaréis, no se llega a esa conclusión leyendo con detenimiento mi texto. Así que saco la conclusión de que piensan: Si defiende a los gays, es gay.
Esto hemos conseguido pervirtiendo la palabra orgullo: Si defiende al PP, es del PP. Si defiende al Atleti, es del Atleti…
No tengo intención de negar ni desmentir nada porque eso me importa sólo a mí y a las personas que, amablemente, me conceden su cercanía. Sólo dejo aquí la reflexión y llamo a abrir la mente, como siempre a las ideas mixtas, a las posiciones ambiguas. A que puedes defender ideas de otros sean o no «de los tuyos».
La vida no es una tertulia de la tele en la que cada uno se coloca un cartelito con su postura para hacer más digestible al espectador a quién odiar y a quien querer.
No es una película antigua en la que el malo ríe fuerte y masca tabaco y el bueno es guapo y noble para que nos sea fácil identificarlos. La vida es una enorme gama de colores y nuestros orgullos y nuestros prejuicios deben estar siempre en entredicho si queremos ver la verdad y no el resumen masticado de ella.
Feliz semana del orgullo de parte de este friki, churritas y potorritos. Sentíos orgullosos de lo que podéis hacer. No de lo que sois. Lo que sois, lo que somos todos, es personas.